La hacendosa pobreza de las pocas palabras.
El pensamiento proverbial de las frases hechas.
El ingenio sin rumiar, sin arrastrar por el lodo descuartizador del raciocinio.
Sueños de escaso misterio, de llano horizonte.
Nula veleidad, miseria de imaginación y antojos.
Nada se exprime, carne y huesos que ruedan por los caminos de la escorrentia de la costumbre.
Todo está leído, todo está ya oído, todo está escrito.
Obra que aburre de tan manoseada e interpretada.
Al pie de la letra, calco de un calco, vida infinitamente calcada.
Sin cimas, sin simas.
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