Llevando en la boca el sabor de la vida.
Sintiendo en el pecho el latir del futuro.
Notando como una rosa crece en mi vientre.
El porvenir habita en mi templo.
Se acompasan los latidos de mi sangre.
Y venzo el miedo al violento desenlace de gritos de dolor y placer.
Crecerá en mi pecho la más bella joya que adorne a una madre.
La viva gema que es la obra de amor.
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