Es imposible que el irascible entre en razón..
Alrededor de nosotros circula un río subterráneo.
Sestea el terror.
No convencen las manos aladas.
La prodigiosa altura de miras.
El duro camino hacia el horizonte de calma.
Somos los recolectores del campo.
Pero no es nuestra cosecha.
No la hemos sembrado nosotros.
Cebo en la diestra y el sable en la siniestra.
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