Camaradas de las enfermedades incurables.
Poseedores del perenne dolor en el pecho.
Del nudo prieto que se siente al mirar la indefensión.
Es el abotargamiento ante el desfile de muerte.
La vida se va en un día.
Y se lleva el fracaso y el éxito.
Plastificado mundo que no quiere ver.
Les resbala la agonía extranjera.
Como sofrenar los feos días.
Corros de malheridos que gimen tras el bello telón.
Frontera de nuestro bienestar.
Ciegos en la bonanza.
Ebrios en la indolencia.
Crueles en la inacción.
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