La venganza no me sacia.
No aplaca mi amargo paladar.
El nudo de intranquilidad que estrangula mi sueño.
Estoy loco de sed.
Y beber no me sacia.
Nada calma el mal de la infinita sensación de sed.
Me acorta la vida el run run que araña mi alma.
Está mi paz en mi muerte y yo lo sé.
Tiene gangrena mi corazón y cortarlo es dejar de latir, vivir y sufrir.
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