El hilo de la vida es tan delicado, tan frágil.
Nos une tan poco a este mundo.
El vinculo es tan ligero y etéreo.
Se va tan rápido el último aliento.
De repente se trunca la vida y todo queda vació.
Es un peso liviano morir, desparecer en los ojos velados.
Mirada perdida y vidriosa que ya nada ve.
Se va el nervio del cobre, del torbellino de saltos.
Del ángel que un día llego a mis manos y que hoy en mis manos se ha ido.
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