No me llegan las cartas al cerro de las nubes.
No llegan por las turbulencias del llano.
Donde todos se apiñan y arremolinan en el vinculo de la necesidad.
Quien poco necesita se adentra en las cumbres.
En la vida ermitaña, en el poco confort.
No es la abundancia sinónimo de riqueza.
No es la riqueza la satisfacción.
No me llegan cartas que no necesito.
Solo llega el eco de fragua.
Solo llega el repiqueteo del hierro.
Solo llega el hambre y la insatisfacción.
Vivir de nubes.
Vivir en los cerros.
Vivir solo.
Porque no hay iguales.
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