El hombre sin espiritualidad no es hombre, es un animal.
Animal airado que hoy te alaba y mañana te odia.
Entre palmas entro la luz en la obscura ciudadela.
Y a empellones salio de ella.
Cambios de estado de los cantaros rotos.
De masa que se apacigua o enfervorece con la pirotecnia del oportunista.
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