Que desgracia existir en la confrontación.
Remedo de renglones malditos.
Negativo de mi positivo.
Especular farsa.
Solo el existe el vil en la negación de mi fe.
En la guerra contra mi cielo.
Y yo solo le doy presencia como molesta alimaña.
Pues mi gloria obstinado empaña.
En la burda campaña que contra mi Dios teje.
Prohibirme anhela la felicidad de mi iglesia.
La unión de mi grey.
El canto de dicha de mis oficios.
El repiqueteo de campanas de mi espadaña.
Ignorante incendiario.
Amputador de dichas.
Sembrador de miserias.
Molesta mi libertad al libertino.
Que se extralimita artero.
Se mofa de mis Santos.
Pero no le temo.
Más bien le compadezco.
Por su pobreza.
Y por su erostratismo y desacarreo.
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