Se mojan los gorriones con la fina lluvia.
Se llena el lomo del gato de oro de una siembra de diamantes.
Se hace más verde el verde carnoso de la verde higuera.
Se hace hogareño el mundo en su corto horizonte de niebla.
En el humo de las chimeneas del lluvioso abril me siento niño de musgo.
Y siento como lloran tristes los dragones de la pétrea cornisa.
Ya se oculto el sol tras los aguaceros.
Ya se perdió el sol en la densa niebla.
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