Porque los padres pisotean los sueños de los hijos.
O sueñan obsesivamente con vivir en sus vidas.
Como si fuera una segunda oportunidad para desembarazarse del paladar de fracaso.
Cómica proyección que acaba en naufragio.
Estrangulan los progenitores al ángel que crearon.
Lo asfixian en el laberinto de las manos manipuladoras.
Del desprecio a la originalidad de sus gestos.
Al talento que surgió en ellos con la dirección propia de ser irrepetible.
Solo se vive una vez y en la vida del hijo uno muere a mitad del libro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario