Hambrean mis labios el carmín del amor.
El color violento de la roja pasión.
Pienso en lo inalcanzable con la fuerza del vehemente.
Lo alejado aviva la llama de mi deseo.
Es mi mano mi enemiga.
Es mi lengua mi aliada.
Toda estrategia es poca para conseguir el preciado color.
Me desprecio en las bajezas.
Me derrito con lo bajo.
Ni veo nada.
Ni nadie me ve.
Solo soy pavesa incendiaria.
Que quiere ir donde puede que ya no estés.
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