Suspiros apagados con hondas inspiraciones de humo.
Caladas que obligan a un agrio toser.
Humo que hace reverberar una enferma caja torácica.
Todo se calmará con un caramelo paseado entre los amarillos dientes.
Duele perder, duele ser derrotado, duele y el dolor lleva a abandonarse a la lenta muerte.
El humo de mis días.
El alcohol de mis noches.
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