El amor no es poder, por eso no se le invoca en las contiendas.
Es el odio el que siempre está presto a prender la alabarda.
Es el odio el que aglutina ejércitos de ansia.
Es el que mece tormentas en los mares de sangre.
En el pantano de las revanchas.
En la cenagosa laguna de la ignorancia.
En el alma negra de los muy abundantes Caines.
El amor para medrar no sirve.
El amor es servir y sin preguntar a nadie, solo para eso sirve.
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