La mirada perdida en la eternidad nos hace minimizar lo perdido.
Hay amores que no por perseguidos son logrados.
Amores de requiem.
Amores deseados.
Amores sin caricias.
Amores de epitafio y duelo.
No todo lo que está al alcance es alcanzado.
No todo lo alcanzado está al alcance.
Todo es nimio, todo es mínimo.
Saber perder es prepararse para saborear el triunfo de lo que si podemos ganar.
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