Que no daría yo por desandar un segundo.
E impedir que se oscurezca el firmamento.
Que no haría yo por retenerte.
Y dejar de llorar en el bosque de los crisantemos.
Que de cosas no hice y ahora haría.
Que de besos que no te di ahora con ellos te colmaría.
Se derramo el café sobre mis palabras.
Se hicieron un borrón todos mis deseos.
Se perdieron mis lagrimas entre la tinta y el amargo y negro sustento.
Se marcharon el cobalto, el cadmio y el magenta. .
Cuando tu cerraste la puerta del cruel borrón que había sido nuestro pasado.
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