Haz el amor y no la guerra.
Aunque hay guerras desencadenadas por amor.
Del amor puedes disfrutar mil veces.
Y sus cicatrices aun que dolorosas son placenteras.
Él que hace la guerra obtiene poco placer.
Y las cicatrices de las armas si no te matan, duran para siempre y sin un ápice de placer.
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