Se torna verde el agua de los jarrones, cuando las flores devienen pochas.
Salmo de musicalidad subyugante pero de profundidad supinamente hiriente.
Denso es el caldo tras la lenta cocción.
Denso es el cobro de la afrenta tras la maceración.
Segundos de belleza y eternidades de ruina.
Ni las brasas que cocinaron al Santo calman la sed humana de mi herida alma.
Sinfonía interminable que mece las cenas frías.
Rañar constante de perro dolido.
Llaga de picor mortal.
Hace daño rascar.
Hace daño no rascar.
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