Hablamos del tiempo cuando este no está en nuestras manos.
La historia está llena de estrepitosos errores pagados por la carne de cañón.
La historia está llena de renglones y renglones escritos desde la conveniencia.
Hablamos de manejar, cuando ni nuestros más básicos impulsos somos capaces de controlar.
Estigmatizamos y resaltamos solo el estigma, cuando detrás de la parte hay un enorme todo.
No hay tiempo en este bravo mar hiperpoblado, donde las riadas y desbordamientos de la ingente marea humana son incontrolables,
Creemos manejar el imponderable de los futuros segundos, cuando en este pudridero de ideas, las soflamas corren libres como la pólvora y la verdad no puede moverse de maniatada.
No hay tiempo para la reacción, cerrada la espita de la sensatez, solo cabe esperar la explosión.
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