Las ofensas dejan cicatriz y una cicatriz es para siempre.
Los favores son caricias y ninguna marca dejan.
Es la sangre la que nos marca.
Es el golpe el que nos conforma.
Almas impactadas.
Almas fruto de los impacto.
Nadie olvida la metralla.
Nadie olvida que ha sido ametrallado.
Tengo memoria hasta para remontarme a la primera ofensa.
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