domingo, 5 de octubre de 2014
Él se lavo las manos después de crear
Como en la niebla ahuyentaré las desdichas.
El pesar de las horas de plomo.
De las noches largas que crecen.
Como conseguiré vivir sin dolor y con libertad.
Me bañaré en el lago de la mística, en los acordes de miel.
Balneario de tibieza, de rosas que con caricias sanan mi zozobra.
Compatibilizaré lo incompatible.
La ciencia sólo describe.
Y yo en estás horas largas necesito pensar.
Está lo ininteligible en la puerta de mi casa.
Lo ha traído la noche, la noche de los sueños y las penas.
Me corteja la duda.
Y la duda cimienta mi credo.
Sólo Dios, cuando cierro los ojos, me acerca a la fuente madre.
A la fuente donde Él, se lavó las manos después de crear.
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