Relámpagos de ocultación.
Me mide la vida en la tormenta del olvido.
Sin rencor atisbo el valle.
Camina la Parca por el arcén.
Segando la vida de los viejos amigos.
Polillas esfinges que profetizan duelos.
No levanta la mirada mi agresor.
Le intimida mi frontalidad.
Nada teme el que no ha ofendido.
No esquiva miradas el que no es agresor.
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