La clave no está en coronarse.
Si no en ser coronado.
Primeras filas para las que se es llamado.
Hay reinos de soledad que por el vulgo no son compartidos.
Coronarse no tiene eco.
Tiene mucho eco ser coronado.
Hay cumbres a las que uno no asciende, es ascendido.
Olimpos de becerros de oro.
Ídolos por el pueblo encumbrados.
Hay llanos sin pleitesía.
Y cumbres nocívamente endeudadas, con los encumbradores.
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