Tiene el viento de la muerte la destreza de colarse en todas parte.
Invitado sin invitación.
Hálito frío.
A todos llega, de todos se apodera.
No se le resiste ninguna heredad.
Complace con sus bajas a los herederos.
Rapiña de postrimeras horas.
Besos de extraños que tienen que urdir de nuevo el entramado de los favores.
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