Es la muerte un bebe insaciable, cándido, caprichoso, inhumano.
Es un segador de vidas.
Es un sembrador de dramas.
Es un opíparo festín.
Festín regado, con vino amargo de desgracias.
Es principio y fin.
Porque el vivo consume muerte.
Y la muerte se alimenta de finiquitar vidas.
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