sábado, 6 de diciembre de 2014
La injusta justicia de las Salas de la Audiencia
Hacer de la falta virtud.
De la tara talento.
De la merma tendencia.
Y de la imperfección envidiado acierto.
No hay reglas escritas para conducirse en estética.
Con reglas escritas se justifica la falta de ética.
Delinquir es un camino con muchos avalistas.
Dañar es una virtud en la que los jueces son especialistas.
Especializados en trastocar.
En senderos torticeros.
En beneficiar a amigos para luego pasar el sombrero.
A la sombra el robagallinas.
Y asolanándose de chiquitos el vil matarife.
Es ciega y tiene tara.
Y nos mengua la calma a los que con moral nos conducimos.
Porque ni resarce, ni pena.
Porque ni restaña, ni cierra.
Solo sala llagas.
Con la distante insolencia del que por el lodazal arrastra la toga.
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