Todo se cocina, todas las misivas están cocinadas.
Filtro que aderezan mensajes.
Frenos al caballo desbocado de la cruda verdad.
En fina mesa, en fina vajilla y trinchada con plata.
Y tras el festín se lanza la pitanza sobrante adecuadamente especiada.
A un pueblo domado en la arenga fácil y en la promesa huera.
Aun pueblo que de parte cacarea.
A un pueblo desplumado.
Migajas para el cegado.
Para el hambriento que con raspas han comprado.
Para el que descuartiza mentiras cocinadas, con sus cuchillitos de hojalata.
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