Desaliñados por las noches en vela.
Tras rumiar los cortantes cantos de las ofensas.
Tras erosionar con el perdón los dardos de tu ira.
Tras pulverizar la grava con la que con tu infidelidad riegas mi lecho.
Sin descanso pero descansado, tras cerrar tu puerta.
Tras cerrar el patético futuro que eran tus promesas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario