Son tus amigas las pastillas.
Es tu compañera la bebida.
Rubia que te aclara el papo.
Píldoras que aturden tu ralea.
Y te dan carrete.
Carretones de estiércol.
Que sacas de la escombrera de tu vida.
Escombrera de perenne última fila.
Detritos que sacas desahogándote.
Porque tu vida agobia y ahoga.
Comprando amigos, falsas gemas, marros de la calle.
Adornos de arrabalera tendente a los brillos impermeables del skay.
Noches de calenturas y placeres burdos de dama hambrienta que duerme sola.
Marros que hacen callos en el pozo de aguardientes que es tu alma.
Sin valía, pero con el valor de darte aires, siendo consciente de que no vales nada.
Sapo procesionario que atufa primeras filas con el hedor a frite que macera tu envidia.
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