Pétreo sillar es la palabra escrita, firme se ancla y grita por eternidad de eternidades, por eso la teme el baladrón, corriente de calima, de viento altano que azota las calles.
Hiere el labio que vocifera, pero no mata, la estocada mortal es la fijada linea en la piedra del atrio, frase clave, clavada en el paso, para que la pisen y recuerden, firme de verdad que nunca olvida.
Así son de temidas las piedras que hablan, que sin ocupar su lugar primigenio dicen lo que paso y narran la tragedia, y narran como la mano de herrumbre derribo las piezas del tablero, porque se veía perder.
Frases lapidarias, que escritas hablarán siempre, de como al calor de los cirios y al amparo de las columnas salomónicas, la culebra le mordió el talón a la VIRGEN y esta le piso la cabeza y la rindió a sus pies.
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