Cuando se tienen valores, se tiene valor.
El hombre prudente deja en manos de la vida el cobro del agravio.
Ya sé en que camas has saltado.
Ya sé el zorreo que te has traído.
Todo se os vuelve en contra.
Babas que dejan rastro.
Corridas que dejan rastro.
Recorridos que se pueden desandar.
No me temas,, teme a tu pasado, que termina tildando de falsía la impostura de ese hoy de farsa que intentas vender.
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