Que bello e invasor es el acanto que enraíza en lo difícil.
En el resquicio de fertilidad que le consiente el árido suelo.
Valentía de verdor que levanta la costra de miseria.
Y crea un vergel de jugoso candor.
No es el sino de los nuevos tiempos pedir.
Es ir a buscar, aprovechar las fisuras del muro para hacerlo volar.
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