Es la cruda realidad y creo que me he estrellado contra ella.
Siempre pensé que la política era algo elevado, generoso, altruista y que si nunca habías robado y no tenias intención de entrar en ella para medrar y robar, te tratarían con unos mínimos de amabilidad y reconocimiento a tu valía y a lo que al bien de tu pueblo puedes aportar.
Pero no es así, por lo menos en mi pueblo. Llevo meses, desde la precampaña, soportando todo tipo de descalificaciones, insultos en las redes sociales, calumnias, campañas de difamación, humillación y escarnio: En el colegio; En Cáritas Diocesana, organización que abandone por no dar crédito a las acusaciones sin probanza que se me hacían, en la casa de Dios, en terreno sagrado, en la sacristía; Intento de escarnio en un pleno con un concurrido número de publico hostil convocado para tal efecto en el ayuntamiento, Petición de mi dimisión......Etc, etc.
Y cuando creía que se iba amainando todo, vuelta a empezar, vuelta a retorcer mis frases, mis textos, buscando en ellos en el desmembrarlos, ofensas, insultos o vete tu a saber que.
Viva la política del hostigamiento, de las amenazas y del amedrentar a la oposición, porque soy oposición, no concejal de gobierno.
Era complicado que se retrataran pero al final se están retratando hasta en mis redes sociales, con tal de azuzar el odio vale todo, incluso decir que ofendo a una familia que pasa por unos momentos dolorosos, y a los que les van con infundios en unos momentos tan delicados. Y aun así comprueban que el poema no va con ellos, si no que es un tributo a una perdida irreparable y personal mía, argumento que abalo con un articulo en el Periódico Extremadura del martes 28 de este mes de julio, articulo sobre mi exposición "Pastor de Infantes" en Belle Artes en Cáceres.
Pero de nada sirve, la campaña ya corre como yesca y las amenazas también.
Cansa desmentir, lo que no se ha dicho, explicar que los poemas o mis textos son abiertos, frases sin dueño, reflexiones que lanzo al publico que me sabe leer, no al que me quiere descuartizar. Y que lo que publico son conversaciones con mis amigos, no con los ladrones que entran arrobar palabras arrojadizas, que esputan entre babas de rencor en redes cerradas, en sus cuarteles de inquina.
Y me pregunto mil y mil veces, ¿Qué mal he hecho? ¿Por qué se ha creado este remolino de infamias y infames difamadores?
Esto no es política, esto es de todo, pero todo ello nada bueno.
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