No se pierde el corazón en un puño.
Porque apuñado se contiene.
Se encierra.
Se retiene.
Mantiene el miedo prieto tanto rebaño sin aprisco.
Ordenes de temor.
Rebaños que por donde marca el poder con temor se conducen.
Cae la lluvia fina mecida por la flama.
Cae temerosa rezando a Santa Barbara.
Quien me guarda.
Quien me guía.
Quien quiere tenerme a su lado tanto noche, como día.
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