Los viejos problemas siempre vuelven.
Estamos peor que estábamos.
Sin plenitud y con las mismas discordias.
Desparramados y sin ligazón.
Unidos por tanto y disgregandonos por todo.
Bucle en el que afloran nuestras miserias.
Somos nuestros mayores detractores.
Somos nuestros mayores descuartizadores.
Cainitas y provincianos españoles de trastocados valores.
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