Cursis y pusilánimes
No creo en la poesía relamida, menos aún en la que se relame, en la poesía blanda que no tiene como fin zarandear el intelecto y hacer del mundo un lugar mejor.
No creo en los ñoños, en los moñas, en los pusilánimes que construyen frases de algodon de azucar, frases de barraca de feria, de vacua cursilería y rimas inmisericordes de ingenio sin genialidad.
Ni creo, ni quiero creer que lo políticamente correcto cambia el mundo, ni que ser eufemístico y no caminar de frente sea genial.
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