El aire seduce al tiempo.
Se deja el tiempo seducir por el aire.
Es la instantánea la que vence al vértigo.
La que derrota lo efímero y grácil.
Y nos permite rememorar el segundo.
La décima perfecta.
El estado fugaz en el que flotamos.
El vuelo del tesón y la maestría.
La sublime magia de rozar la perfección.
No hay comentarios:
Publicar un comentario