Se vierte y almibara este invierno de cristales que preservan el pequeño cosmos de mi alcoba.
Despierto protegido por el cíngulo del calor de mis ángel, que cuando llega el alba me acarician con sus zarpas recordandome que vivir es vivir días, y este empieza para irse y hay que vivir su calor antes de que la noche lo desvanezca.
Amanece y dejo tras desperezarme la vida que vivo en sueños, que es muy similar a la que a la luz delatora tengo, soy de soñar despierto y razonar dormido.
Amanece que no es poco y las obligaciones me reclaman y me dejo reclamar, porque vivo por amor y sólo me dejo reclamar por lo que amo. Que facil es jerarquizar y que jerarquías tan raras hacemos.
Atiendo ya despierto lo importante y dejo para luego lo muy importante, ellos saben esperar, saben que mi mano no discrimina y acariciara sus hocicos más pronto que tarde.
Somos lo que hacemos, somos nuestros devaneos, somos las nimiedades con las que nos devanamos.
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