Seguimos siendo segundos porque la estulticia nos niega ser los primeros.
La falta de sentido común convierte nuestro sentido común en burda trivialidad.
Clamores triviales que que definen la trivialidad de los vulgares comunes.
Seres independientes que se quejan de la sectaria independencia.
Paraísos fiscales que hacen ricos a los seres amorales.
No es ingenio, es estafa.
No sólo es estafa, sino burdo ingenio.
La urgencia de lo inminente.
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