Es una tragedia no entender,
pero es mucho más trágico aún,
creer que se entiende
y estar siendo engañado por el teatro,
de unos modernos que abusan de la designación digital
y se rodean de la ineptitud de sus afectos y su sangre.
Que bien pagado está el cretino
que comulga con ruedas de molino.
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