Los solsticios marcan los ciclos de las almas frágiles.
Almas de finísimo cristal.
Almas aquejadas por mil maniaticas delicadezas.
Resino pantano de brea que apresa bellísimas mariposas.
Ciclo irredento de pesares y dichas, de flores y nieves.
Candidez expuesta a la ruda intemperie.
No hay peor carga que soportar inviernos.
Tras la erosión, llegas las rocas sedimentarias y tras ellas la frialdad del mármol.
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