La belleza eterna siempre reside en el corazón. Es la magia de las arrugas de la risa, de los plieges que sonríen, de la vejez de los que siempre miran al frente poniendo su mejor cara. Ojos alegres ante el infortunio, ante las crueles sorpresas que nos regala la vida. Bellos corazones que afrontan la finita existencia terrena sin ser lastimeros, sin ser una carga, escondiendo el dolor en las arrugas del arador tiempo. Escondiendo y sonriendo viven los Ángeles de bellísimo corazón de libérrima Paloma de la paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario