Suave es el viento que entre lágrimas acaricia la floración.
Delicada nieve de almíbar que liba el abejorro.
Somos instantes que las campanas de la muerte truncan.
Ansiamos lo que no podemos retener.
Tristes días grises.
Abraza la hiedra a la desnuda parra, la abraza y la mata.
Competir es anular, eliminar, exterminar.
Vivimos devorando, engullendo belleza.
Es mi corazón de acero el que templa mis nervios.
Ni con más soy feliz, casi siempre soy feliz con mucho menos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario