Mentir está mal, pero es tan poco rentable decir la verdad que los interesados sólo saben mentir.
Se suele colocar en la picota a quien relata verdades, al que cuenta incomodidades, al que saca a la luz los números de hurto, los números del hurtado progreso.
Duele la verdad porque desmonta patrañas y enerva al mezquino que contaba cuentos por el mezquino interés.
Sacudir migajas con mucha farsa concita tontos y son los cretinos los que suelen abrazar sin fisuras la embaucadora oscuridad.
Caridad de medio pelo de limitados, caridad de pacotilla de trileros.
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