sábado, 8 de julio de 2017
Macario Portiño
De nuestros enemigos líbranos Señor Dios mío.
De La Repu, la zorra rabiosa que vela por los intereses de Macario Portiño en la Casa Consistorial de la Noble Villa.
Le llamaban el alcalde porque en tiempos lo había sido, ahora desde su casa postrado por las dolencias que le habían sobrevenido de tanto hacer maldades, gobernaba el Ayuntamiento a través de peleles, hombres de paja que con fe ciega obedecían sus órdenes, así era el gran urdidor, Macario Portiño.
El tarascón era teniente alcalde, un cargo para el que no estaba cualificada pero que permitía al Portiño controlar y fiscalizar el cumplimiento de sus órdenes.
Siempre todo está comprado, siempre todo se ata y desata desde el ángulo más oscuro, desde el más espurio de los intereses, y Arrianapolis en esto no era una excepción.
La casta de los Portiño, era una calaña de arribistas, que comenzó su posicionamiento en el poder por el matrimonio de Macario con María Teresita de Cominges, una pánfila que todos pensaban que se quedaría para vestir Santos, pero que contra todo pronóstico se casó, de forma descabalada pero se casó. Así llegaron o los hicieron llegar al poder que es tener la vara de mando de la casa y las finanzas de la ciudad. María Teresita era la última hija única de una sucesión de matrimonios de hijos únicos casados con hijos únicos, con el único fin de unir haciendas y llegar a un estatus que sin una planificación previa nos estaría negado.
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