Huele a pólvora en el llano de los relampagos.
Corre por los farallones el estruendo de los petardos.
Y la campana se ahoga sin voz.
Y los trinos enmudecen.
Huele a pólvora sin Santo.
A pólvora sin tino.
Huele a infierno.
Y al preludio de la danza de los encolerizados diablos.
Huele a espantapájaros que arden.
Huele a miedo.
Huele a saña.
Huele a comadre.
Huele a carne.
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