La tierra es de sabores efímeros.
Vivimos esquivando infiernos.
Huyendo del invierno.
Abrazando purgatorios.
Cielos de naipes, imposibles de habitar.
Limitados por la maldad.
Acariciados por la usura.
Sitiados por la sed.
Camino de cardos, con aromas de rosa.
Es la oportortunidad, quien maneja las llaves de las salvíficas estancias.
Guerra de sentidos que nos venden como paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario