Naufrago en la ira de los días estériles.
Me pierdo en el laberinto de hojarasca de mis enemigos.
Me ofusco con batallas que no tienen ni nivel, ni rima.
Me esfumo en el buscar justicia en este valle de lágrimas.
Lechosa escarcha de barranco de nieblas.
Soy preso de mi tesón.
Soy reo de mi orgullo.
Víctima de mi talante visionario.
Me zancadillean los zafios, porque yo he decidido entrar en su vulgar aprisco.
Me hiere el próximo al que en mi bondad he permitido proximidad.
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