Somos las alhajas que atesoramos.
Somos los brillos que derrochamos.
Somos las joyas que malgastamos.
El brillo es efímera pirotecnia.
Erupción que con sus cenizas opaca toda rivalidad.
Somos lo que intrigamos.
Somos las reuniones en las corralas.
Las alianzas turbias.
Los brillos vulgares de las callejuelas.
El vicio que compra preeminencia en la oscuridad.
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