Se recortan en el cielo, las grúas que levantan con urgencia, los cubiles que habitará el futuro.
Infimos cosmos, en los que es imposible atesorar belleza.
Raquíticos metros cuadrados, cárceles dormitorio.
Son muchos los que voluntariosos, se prestan a habitar estas celdas.
Habitar en las colmenas que diseña la usura, que diseña el falso progreso.
Precipicios inundados de ausencia.
Celdas de estanqueidad y anonimato.
Cubiles para obreros y zánganos.
Palomares de la alienación.
Vivimos de espaldas al monte y oteándolo tras las nubes de humo, que genera el bullir de la urbe.
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